viernes, 25 de mayo de 2007

Marginación de los fumadores

Durante el 2006, los no fumadores parecen haberse envalentonado al verse respaldados por la Ley Antitabaco, y muchas veces increpan a los que fuman incluso cuando están en todo su derecho.

Según numerosos estudios, la imagen social de los fumadores ha ido ligada fundamentalmente a dos factores: a la posición social y al género. En un principio, fumar era una costumbre generalizada entre los varones de clase alta. De ahí, la palabra smoking. Sin embargo, desde que las sociedades han empezado a poner limitaciones al hecho de fumar, ha comenzado a disminuir el hábito más rápido entre las clases sociales altas que entre las bajas. En lo que se refiere al género, cada vez hay más mujeres fumadoras en España, de hecho, entre los menores de 40 años, hay más fumadoras que fumadores. En Dinamarca, por ejemplo, donde el hábito de fumar se instauró antes que en España, existe un porcentaje mucho mayor de fumadoras que de fumadores. “El concepto de fumar no ha pasado a ser mal visto, simplemente ha cambiado, como siempre lo ha hecho”, concluye el doctor Carreras.

A los fumadores se les suele recriminar que cuestan mucho dinero al Estado. Y es cierto, fumar ocasiona muchas enfermedades y un alto gasto sanitario. Sin embargo, salen más caros los no fumadores que los fumadores, ya que éstos, al morirse antes, suponen un ahorro en pensiones y en las múltiples enfermedades propias de las edades avanzadas. A pesar de todo, no se puede emplear este argumento como defensa del tabaco, pues vivimos en una sociedad del bienestar y lo que en ella se pretende es que las personas vivan el mayor tiempo posible en las mejores condiciones. Carreras afirmaba sonriendo, “se ahorraría mucho dinero si la gente siguiera fumando, pero lo que se pretende es salvar la vida, no el bolsillo”.
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1 comentario:

Adrian Elliot dijo...

La principal razón para prohibir el consumo de tabaco en lugares públicos, no debe ser para que la gente deje de fumar (eso es su libertad y todos los fumadores actuales con menos de 60 años conocían los riesgos cuando empezaron a fumar por lo que siempre ha sido una decisión voluntaria). Se trata de proteger los derechos de los no fumadores que frecuentan o trabajan en los bares, restaurantes, cafeterías, etc. La gran mayoría de estos locales en España son fumaderos irrespirables. Es interesante que en el Reino Unido, donde a partir del 1 de julio estará completamente prohibido fumar en lugares de trabajo (incluyendo los de ocio y de restauración), muchos de los pubs son buen ventilados y el tabaco ajeno no es tan molesto como en España. Aquí una ley antitabaco es 100 veces más necesaria. ¡Qué pena que no la haya!